martes, 23 de octubre de 2012

Destinos encontrados.~


Capítulo 1, Violeta.-

Era un día como cualquier otro, se podría decir que estaba en los parámetros de lo "normal", en su expresión más subjetiva. El cielo como era de costumbre se hallaba nublado, con una ventisca helada. En ciertas ocasiones el sol se asomaba levemente de curioso, sin embargo, no emitía calor alguno, sólo presencia como si quisiera darse a notar, para luego desaparecer entre esas esponjosas nubes grises en el cielo. Detestaba aquellos cambios de clima que surgían durante el transcurso del día, si bien estábamos en primavera, podía realmente sentirse como si aún presenciáramos la época de otoño, con la sola diferencia que ahora los pétalos de los árboles florecían. Sentía mucho frío, mis manos se hallaban como era de costumbre congeladas, aunque sinceramente no es un aspecto del cual suelo preocuparme, ya que, aun pudiendo haber 40 grados de calor éstas continuarían frías, así que simplemente desviaba el interés. 
Recuerdo escuchar a mi profesor con su voz gruesa y prepotente que lo caracteriza de los demás docentes, dictando la clase de Física con esa gran chispa en sus ojos como si disfrutara hablar de ello. Me encantaba la fascinación que emanaba en sus clases, a pesar de que en algunas circunstancias irradiaba los mejores de los sarcasmos. No obstante, me tenía completamente sin cuidado aquel día, sé que no soy buena para los números, por lo que soy un tanto evasiva a cualquier tipo de actividad que lo integre.. Para mi mala suerte, es un requisito hoy en día, por lo tanto debo de encontrarme con ellos la mayoría del tiempo, a veces me resulta un tanto abrumador, no me gusta calcular, y aunque no soy alguien que empieza con el pie izquierdo en ello, simplemente me causa una cierta, pereza. En lo que a mí respecta viviría sin ello, pero, esta vez no fue por eludir la materia, sencillamente mi mente no se encontraba centrado en las cuatro paredes del salón.
Entre tanto transcurrían los minutos, no pude evitar echar un vistazo a la ventana que se localizaba contiguo a mi mesón. Siempre he tenido esa manía de colocarme junto a ella los días que mi humor no estaba predispuesto a las lecciones diarias, sabía que no estaba bien en absoluto, y que debía prestar mi más debida atención, sin embargo, no era algo que despertara mi curiosidad en esos instantes, así que simplemente eché a volar la imaginación, más bien sólo dejé fluir al entorno.
Es increíble cómo la naturaleza puede completar cada espacio vacío de tus pensamientos, en ocasiones ni siquiera debes tener algo retenido en tu mente... Sólo respirar, sentir cómo la brisa recorre tu piel a pasos lentos, delicados y armónicos, o nada más observar cómo las hojas danzaban al compás del viento. 
Me entretenía en mis tiempos de reflexión observando la simplicidad de lo que emitía aquella ventana, sentía que veía un show televisivo, sobre todo por que no había un boletín con aquellos números que representaban una deuda a cada fines de mes, incluso podía apreciarlo mejor que la misma televisión, ya que mostraba el mecanismo de realismo, y no un producto más creado para divertir al espectador. Para mi desgracia soy de aquellas personas que siempre tienen algo en mente, aunque sea algo estúpido y minúsculo, como hasta con cosas preocupantes y hasta estresantes para la mayoría de la gente. Me era inevitable creer que en mi alrededor se envolvía un ambiente de tensión, lo más probable es que me perseguía con mis suposiciones sin fundamentos, pero hay que ser francos, a todos les gusta criticar lo que hacen los demás y sé que es casi imposible no pensar que soy la "rarita" del salón cuando me gusta apartarme del resto y arrinconarme en la ventana. Si bien, no soy una chica anti social o de cortas palabras, en clases me encanta estar sola, son mis momentos de tranquilidad y espacio libre, sé que suena gracioso para muchos, sin embargo me tranquiliza en sentidos que no podría describir. Algunos suelen salir a dar un paseo para aclarar las dudas, tal vez embriagarse escuchando música, entre muchas cosas, pero, si yo hiciese algo así, sé que me enredaría hasta con mis pensamientos más diminutos, por lo tanto es una opción que no podría tomar. Es por ello que prefiero hacerlo en clases, ya que sé que si me deprimo, cuando salga al receso alguien quien sea, me sacará una sonrisa, así que no era un problema.
Mientras continuaba viajando por la música que profesaba la naturaleza fuera de mi ventana, no me había percatado del tiempo transcurrido, ¿y cómo lo haría? Estaba tan ensimismada pensando, y ordenando las cosas en mi cabeza que no podía siquiera percibir que estaba respirando. De pronto, sin previo aviso, escuché aquella voz tosca que reconozco hasta fuera de la estratosfera, por lo cual no me dió ni el segundo para despertar bien de mi profundo trance, ya que no podía evitar sentir su mano rodeando mi hombro con un tanto de brutalidad y toque de delicadeza. 

-Señorita, ¿está usted bien? Pareciese que los aliens la hubieran abducido y llevado a marte, está completamente en otro lado.- Dijo algo inquieto. Me miró fijamente con ojos de cachorro, podía percibir su intención sin siquiera leer su mente, sabía que era esa misma mirada persuasiva que emitían esos padres que tratan de saber qué está pasando en tu vida, tratando de entrometerse como los metiches que son. Sabía que era con buen propósito, pero, prefería guardarme mis propios pensamientos para la infinidad de la naturaleza.
-Estoy bien profesor, es sólo que me gusta pensar y reflexionar ciertas cosas cuando hace frío, pero no se preocupe, es algo normal en mi- Sonreí con las mejores de las sonrisas, sabía que era la más falsa que había podido trazar en mi rostro, sin embargo, no quería preocuparle tampoco, por lo que sólo tomé mis cosas con gran apuro, así no podría contestar, ni cuestionar nada de lo que haya dicho. Le di una pequeña palmada en su espalda como agradecimiento de su angustia y huí. 

Al salir del salón, sostuve con gran firmeza mis materiales, eché un vistazo hacia los pasillos, para luego emprender carrera al tercer piso. Bajé con cautela, procurando no chocar, ya que al ser algo impaciente, suelo atropellar sin intención a los que se cruzan en mi camino. Sin embargo, sentía la angustiosa necesidad de llegar al patio a reunirme con mis amigos, no podía evitar la sensación de ahogo en mi pecho, quería distraerme del tema que viene rondando mi cabeza durante tantos meses, estaba un tanto agotada de pensar en ello, seguir estirando la soga al círculo para que continúe rodando no me hacía bien, pero, aún tenía ese presentimiento que era algo que debía solucionar. Me acerqué rápidamente a mi casillero, arrodillándome frente a él, dejando que mis rodillas se lanzaran a los brazos helados del piso. Saqué la llave de mis pantalones de gimnasia, lo introduje en el candado, abriéndolo con brutalidad, tomando en cuenta el tiempo restante del recreo, quedaban tan sólo 15 minutos, y quería aprovecharlos de la mejor manera posible. Adentré mis cuadernos con apuro, cerré el locker de un portazo, colocando nuevamente el candado en él, apoyé mis manos en mis piernas para levantarme de un golpe y así emprender vuelo al primer piso. No obstante, no pude prevenir gracias al la urgencia y desesperación de salir de ahí, que iba a chocar con la persona que se hallaba contigua a mí. Caí de espalda al piso, golpeándome la espalda con violencia, me quejé por unos segundos mientras sobaba dónde me había golpeado. Me enderecé lo mejor posible en el suelo, y procedí a dar mis sinceras disculpas a la persona a quien choqué por accidente.

-¡Ay, mil perdones! No me fijé, tenía algo de apuro.- Dije algo atontada y preocupada, no son muchos los casos en los cuales debo de disculparme de tal manera, pero como yacía en el suelo, no había manera de salir huyendo de ahí con solamente un "perdón".  Así que suspiré con sumisión, y sonreí.
-Sí, pude darme cuenta, no te preocupes.- Replicó en un tono plano y grueso, podía sentir su frialdad en tan sólo 7 palabras pronunciadas, incluso llegaba a darme escalofríos, sin embargo, no fue su manera de contestar lo que me aturdió, sino que fue el reconocer esa voz, en esos momentos no estaba preparada para cruzarme con quien creía escuchar. Por desasosiego no tuve en ese instante el valor de verificar si era quien pensaba que era, sinceramente no estaba aún preparada para cruzarme con un problema en esos instantes. 
Sin embargo, con algo de temor levanté la mirada, no podía ser descortés, aunque fuese él, la verdad no quería dirigirle la palabra en esos momentos, pero por torpeza mía tenía que asumir las consecuencias. Cuando al fin fijé mi vista en su rostro, él me observó con algo de curiosidad, aunque no podía exactamente determinar lo que sentía al mirarme, sus ojos eran un mar oscuro sin fondo, me brindaba un pavor inexplicable, y no pude evitar sentirme sumida a la inferioridad. Levantó su mano derecha en signo de saludo, como diciendo "No hay cuidado, nos vemos", voltea su rostro en forma indiferente, y se marcha con las manos a los bolsillos, mientras que yo aún yacía en el suelo pensativa.

Lo miré con recelo, no podía creer la falta de caballerosidad que poseía, no tuvo siquiera una intención de ayudarme, a pesar de que el accidente fue mi culpa, pudo al menos preguntar si estaba bien. Pero bueno, sabía que él no tenía designio de quedarse mucho tiempo en mi presencia,  por lo que sólo tomé un bocado aire con algo de resignación. Me apoyé de los casilleros y así poder levantarme con cuidado, me dolía infernalmente la espalda, por lo que procuré no ser brusca al ascender. Limpié el polvo de mi buzo, sobre todo las piernas que parecían que hubiese estado trapeando con ellas, para así ir al fin al patio, a pesar de que aquél acontecimiento me hubiese enganchado los labios para pronunciar una cara de tres metros, en realidad es algo de esperarse, tener que lidiar con un rostro y presencia como esa, además que es el asunto que quería despejar un minuto de la cabeza y como tengo una suerte de los mil demonios me tocó cruzarme con él, realmente fue la salsa de mi esplendorosa mañana. Cuando pude por fin levantarme,  me acerqué rápidamente a las escaleras, volteé la mirada por última vez, suspirando con alivio que ya se había marchado. Es extraño cómo siempre aparecen aquellas instancias más inoportunas, y en donde más frágil puede uno estar.

sábado, 6 de octubre de 2012

Una noche.~

No sabría con acierto colocar en palabras, o en una mejor expresión lo que sentí aquella noche tan esperado por mi cuerpo, como para mi moribunda alma, de ese Septiembre. 
Si bien no era una noche tal vez romántica, siquiera una aventura soñada, fue un lugar oportuno y hasta certero.

Era completamente sobre abrumador la cantidad de sombras que invadían la pista, probablemente jamás podré descifrar el número exacto, ni saber cómo llegué a unirme a ellos. Sólo recuerdo la melodía tan pegajosa de la música, como el entusiasmo de mis presuntos "conocidos". 
Lo único que puedo afirmar es que de un momento al otro, me sentí arrastrada a la pista de baile, dónde me consumí totalmente, mi mente, mi cuerpo, desaparecieron de allí. La fiesta y yo, éramos uno sólo.

Los entes desconocidos de aquella celebración, sin preocupación alguna se incrustaban por un lado de mi carne, como si no estuviese allí, o como si no existiera dolor en él. Sin embargo, a mi mente no le importó el dolor que le pudo profesar aquellos roces, sólo continuó unido a la energía que consumía totalmente su cordura. 
Como no todo puede mantenerse unido por siempre, hubo un momento propicio, de un toque suave y tierno, que despertó mis sensaciones lejanas de allí, y las disparó nuevamente a la tierra que tocaba. El calor que emanó en su toque era casi celestial, lejano del sombrío de los cuerpos extraños, definitivamente había revolucionado mis sentidos. 

Lentamente se acercó a mi oído, y aunque no pude escuchar exactamente lo que quiso expresar, el tono de su voz aturdió la música en mi carne, que se asimilaba a un delirio de los mismos dioses.
Por supuesto, no es algo que yo haya podido percibir tan objetivamente, pues, como recuerdo, todo pasó muy rápido, no tuve oportunidad en aquél momento sentir como lo planteo en estos momentos, pero sí... Lo recuerdo con admiración, aquellas sensaciones que él pudo incrustar en mí.

Sonrió, y me atrapó con la luz que resaltó de aquella mueca tan alegre. Esta vez nuevamente emanó un sonido a mi oído, que pude oír con claridad "¿Quieres bailar conmigo?" Dijo dulcemente, mientras observaba mis ojos con suma atención. Obviamente me coloqué nerviosa, no supe qué responder, por lo que me dejé arrastrar por su mano, rindiéndome al baile, dialogando con él con unas pocas frases.
"¿Cómo te llamas?" Comenzó diciendo él, a lo que rápidamente respondí con alegría, "Paula ¿y el tuyo?", me miró nuevamente con su hermosa sonrisa, respondiendo con amabilidad "Francisco" Y así, fue como comenzó todo, un recuerdo que no deja de resonar en mis más sensatos pensamientos de aquél Septiembre.

Mucha memoria de esa noche no tengo, la adrenalina era muy alta, además de un baile un tanto acalorado y agotador, como también persuasivo y a la vez dulce. 
De un momento a otro, me impulsó hacía a él, abrazándome, bailando más apegados de lo que ya estábamos, pude sentir su aroma penetrando mi alma. Simplemente, me atrapó, tentó mis deseos carnales, esos deseos tan tentadores como el peligro, que quemaban tanto como el fuego. 
Pude sentir su respiración sobre la mía, su piel se hallaba increíblemente cercana a la mía, como sus labios peligrosamente casi por sobre los míos, me sonrojé, mientras él me miraba exhaustivamente el rostro... No lo pude evitar, su energía, su esencia, todo me provocaba. El corazón podía sentirlo casi en mi garganta, latiendo lo más fuerte posible, hasta que él pudo empujarme al vacío del barranco, cuando finalmente colocó sus labios con los míos, sentí que estaba en llamas, y que el mismo diablo me arrastró al pecado, pero qué pecado más satisfactorio. 

Luego de unos minutos, detuvimos la danza, tomó mi mano con suavidad, y me llevó a un asiento alejado de la pista de baile. Estaba embelesada, él había hechizado mi mente y cuerpo, estaba tan hipnotizada que sus encantos prometían casi una fantasía de cuento.
Pero, como nada dura para siempre, sobre todo lo bueno, un ente del cual siquiera me fijé, dijo con voz desesperada "nos tenemos que ir", él me miró, algo entristecido, besó mis labios por última vez, diciendo "Nos veremos". Sin embargo, en el momento que lo dijo, yo sabía que aquél principio tenía su mismo fin de una noche.

lunes, 1 de octubre de 2012

I'm sorry.~

"¡TE AMO!" Fue lo que oí, un suspiro desesperado, tanto que el aire se le gastaba en cada sílaba exclamada, sus ojos respondían al estímulo puro del dolor, gesticulando con cada expresión de su rostro como si se quemara en el fuego, y sólo podía ver su olor a necesidad, donde lo peor de todo es que era yo.
Yo tan sólo agaché la vista, ¿cómo poder mirar tales sentimientos que llegaban a ser puñales con sólo sentirlos en ti? Me entristecí enormemente, no sabía qué contestar, a veces decir la verdad cuesta tanto.. Pero, no podía mentir, los sentimientos no son fáciles de evadir o de cegar, puedes tu mente convencerla de algo, pero a los sentimientos no...
"Perdón" Susurré, mis piernas temblaban, su presencia me mataba, esa energía que emanaba tan sólo decía una cosa, "te necesito" ¿cómo respondo a eso? Tan sólo me quedé ahí, como una estatua, me sentía pintada allí, siendo desesperadamente amada por su autor. Inmediatamente, tan salvaje como su sentimiento me jaló hacia a él, "¿acaso no entiendes que no seré feliz sin tí?" Sus lágrimas corrían por mi piel que él afirmaba con tanta fuerza, no tenía cómo liberarme de aquella situación, sólo me quedé ahí... Como siempre.
"No me puedes obligar a quererte" Dije con voz seca, no me sentía ahí, mi mente viajaba por aquellos espacios vacíos que a veces busco con desesperación cuando no tengo dónde mirar o dónde direccionar mis sentimientos. Me afirmó con más fuerza, "no puedo dejarte ir, no ahora, no puedo" sentía cómo sus palabras me quemaban, y no pude evitar llorar, ¿por qué lloraba si yo ya no tenía rumbo sentimental alguno? Me dolía de alguna forma saber que le hacía daño.. "No quiero dañarte, de verdad, pero tampoco quiero mentirte" Traté de decir con suavidad, aunque el dolor se hacía cada vez más profundo, su voz se tornaba con el pasar de los segundos más sentada en el sufrimiento amoroso, "DIJISTE QUE ME AMABAS Y QUE LO HARÍAS POR SIEMPRE" Gritó a todo pulmón, y yo más me hundía, pero tan mármol me sentía que puedo asegurar que él pensaba que yo jugaba con todo esto.. Pero, no sabe cuánto duele... Cuánto duele saber que alguien te ama a tal intensidad que es capaz de dejarlo todo por ti, y tú ya no sentir lo mismo de antes.. 
"Sí, dije, no lo niego... Pero... Me dejé llevar por la felicidad, fue un error" ¿Existe verdad más cierta que esa? Decir cosas con la sonrisa esbozada es el peor error que puedes hacer, al igual que afirmar o tirar cosas al aire enojado, simplemente prometes o dices cosas que pueden ilusionar y dar alas angelicales, cuando al final no necesariamente te sientes así, es sólo el momento.. Qué triste que sea así la realidad o mentalidad humana.. O tal vez yo soy la equivocada, o la confundida, ¿qué puedo hacer ante eso? Si soy tan joven, tengo suerte de saber lo que significa cada sentimiento, pero saber armarlos y descifrar una figura certera, no..
"Te quiero, no puedo decir que te amo, ciertamente no sé quién eres, ni siquiera sé quién soy, lo lamento" Mi voz se tornó con sufrimiento tanto como la de él... Él no comprendía que yo de verdad sufría por ello, me encanta su compañía, hablar con él.. Pero, realmente el amor es algo que he dejado de sentir con certeza.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Infierno.~

La capacidad de amar se vuelve un tormento al recuerdo persistente de quien permanece constante en el diario vivir, se torna abrumador sentir que conociste y ya no conocer, a un espíritu pasado bañado en amor.

Indecisa y confusa en la totalidad del tiempo, sin un rumbo cierto, la soledad gobierna el alma que va en busca del condimento que pueda darle el toque final a la vida. 

Tomamos malas decisiones, quebrantamos sentimientos, por el simple fin de desvanecer aquel angustioso sentir.

Los días pasan, el hueco del pecho grita con euforia por un poco de ayuda, una compasión, tal vez una simple mirada bastaría para que aquella tristeza se esfume como un truco de magia, o como la neblina que parece eterna, y que con paciencia se vuelve a la claridad.

Si tuviera aunque sea algo de paciencia, probablemente no estaría así.. Lo más cierto es que no estaríamos así, ¿no crees? Tú tan angustiado, y tan desesperado. Y yo tan asustada, con esas ligeras, pero intensas ganas de revivir la adrenalina de mis piernas, para salir huyendo de aquí, y tan sólo... No mirar hacia atrás.

Respiro la brisa, acobijándome en su esencia, dejando que me traslade tal vez a una dimensión lejana, donde flotar no era una fantasía desquiciada, o simplemente un abrir y cerrar de ojos de los sueños. Inhalaba cada perímetro de energía, cada alegría, cada melancolía libre en las partículas del aire, un recuerdo, una sonrisa, una lágrima, hasta lo inimaginable, que por una extraña razón me relaja. 

Sin embargo, ¿se puede evitar para siempre la realidad?, ¿puedo estar fundida en una ilusión de lo que el pasado puede llegar a entregar? Y es que si me despierto, cuánto podría llegar a doler una memoria tan sencilla... Tan sólo quiero tomar un respiro de lo que todo esto significa, no quiero tomar decisiones, no aún.. Siento más peso de lo que debería de soportar, ¿es acaso eso normal o usual? Y es que no me gusta la sensación de sentirme tan rodeada de exageraciones de mi mente por sentimientos tan absurdos como estos... 

Tengo miedo, lo acepto.. ¿Miedo de qué? Es lo que me preguntan, y lo que me pregunto.. Mi vida simplemente es un desastre, más que el de un laberinto sin salida, siento que me intoxico en mis propios pensamientos, en mis dudas, en mis sentimientos, de sólo darme cuenta de lo que podría llegar a pasar si hago esto o aquello.. Me intoxico en ti, en mi, en este cuarto cerrado que no sirve más para darme el veneno puertas al infierno, que me arrastra sin piedad por sus suelos, llenándome de artimañas, y confusiones.



Cómo me encantaría poder desvanecerme como la arena en el viento, tan sólo olvidar todas aquellas tentaciones que queman como el fuego, pasiones carnales dolorosas que se incrustan como el pecado en el alma, como el diablo en la oscuridad.

Olvidar tan simple como dejar de pensar en lo que hace que mi espíritu se ahogue en un mar de sentimientos revueltos en dudas existenciales y pasionales.. 

Sin embargo, hay sensaciones que nunca se marchan, personas que no dejan ser lo que fueron, y que sólo marcan el paso fantasmal del retorno al infierno.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Confusión.~

Hacía frío, tanto que las yemas de mis dedos parecían de estos extraños productos congelantes que mis padres usan por que no hay nada más para cocinar. Era en ocasiones gracioso palpar aquella piel áspera por el inminente frío, me perdía en su textura, mientras tanto pensaba. En la mayoría de los casos, con tales fríos que pareciesen como los del polo norte, no solía pensar más allá de que quería acurrucarme en mi cama, o simplemente huír a un calentador, sin embargo, el frío era lo que menos rondaba por mi mente... Sólo seguía palpando la textura de mi piel, hundida en mi asiento, donde de a poco sentía que me derretía en él.
Son muy pocos los casos en los que me veía sumida en la nada, donde los sonidos ambientales eran mudos, y cualquier movimiento pareciera una ilusión óptica. Es que aún podía divisarme como un frío mármol en aquella vereda de ese día... No sabía qué contestar, siquiera qué pensar, era un vacío que en el momento no pude llenar.

"Ambos nos encontrábamos caminando como siempre, riendo, como jugueteando por doquier como dos querubínes sin preocupación alguna. Nos detuvimos por un momento, llenos de risa, lo abracé como de costumbre, pero, algo inusual pude escuchar, su corazón, parecía una revolución de sonidos abrumador, tan agitado como una revuelta estudiantil que no se llevó a fin hace tanto tiempo.
Lo miré, aún con la sonrisa dibujada en el rostro. -Hey, tu corazón parece una batería, deberías ser baterista haha- 
Él me observa también con una sonrisa, devolviéndome el abrazo para apoyar mi cabeza más a su pecho. -Tú me provocas eso haha-
Me sorprendí al sentir su abrazo como al escuchar aquellas palabras. Traté de no sonar sorprendida, por lo que tan sólo acoté. -Entonces, si yo te produzco estas taquicardias tan monstruosas, ¿qué pasaría cuando nuestros caminos sean diferentes?-
Él incrusta su mirada en la mía, coloca una mueca divertida de tristeza, añadiendo -¡NO! Voy a morir.- A lo que inmediatamente, me abraza con aún más fuerza, para susurrarme al oído con delicadeza. -Pero, no tengo planeado morir aún, porque no está en mi separarme de ti-"


¿Cómo se puede reaccionar a algo así? Pensaba mientras la madera del asiento sostenía mi pesado cuerpo que no hacía ningún esfuerzo por mantenerse en él. Aún con tanto frío, podía llegar a sentir que mis pensamientos hacían un enorme esfuerzo para asimilarse al calor del sol en el verano. Me derretía, definitivamente, podía sentir cómo mi mente se amontonaba con sentimientos, como el hielo llena el vaso al fundirse por el calor.
Suspiré hacía mis adentros, sabía que en el momento en el cual el sonido que emitía el timbre llegase, yo iba a tener que volverlo a ver. En ocasiones lo sentía como una desgracia, como a la vez una fortuna, quería verlo desesperadamente, como también sentía que lo único que quería era huir de aquél lugar, sólo desaparecer y ser el humo de un cigarro al ser exhalado de la boca. 

Los nervios se apoderaban de mi ser, el frío era verdaderamente lo último en lo cual mi cuerpo en ese momento se fijaría. Mis dedos estaban descontrolados, simplemente se acariciaban entre sí, sosteniendo un ritmo de desesperación y angustia en aquél momento. 
En la situación de trance en la cual yo me encontraba, oí un sonido que provenía de mi pulgar, el anillo. Entonces recordé, que por otra parte estaba él, suspiré nuevamente, pudiendo sentir cómo me ahogaba con mis angustias. 
"Soy una tonta" Pensé, realmente me estaba envolviendo en una situación que no correspondía... Pero, ¿qué podía hacer? Son situaciones totalmente, y ciegamente distintas... Aun así... ¿Por qué no puedo dejar de hundirme más en esta confusión? Respuesta, que tal vez el tiempo dirá, o que un simple timbre dictará. 





miércoles, 1 de agosto de 2012

¿Qué somos? ~

Un leve suspiro bastó para las hojas mecerse, bailaban tanto como en un carnaval. Sin una restricción, sin el tiempo marcando el paso, sólo ellas interactuando con la poca libertad que poseían, sostenidas por una pequeña rama que les impedía desplazarse en la nada, tomarle la mano al viento y proceder un valse sin temor. 

Los segundos pasaban, y entre más se marcaban los pasos del reloj, mayor brutalidad existía en la libertad del viento. Entre más violento se volvía, las pequeñas ramas sostenían las hojas, sin un propósito de dejarlas ir, mientras que ellas, dejándose acariciar por los brutales suspiros, continuaban bailando, no existía otra cosa, no existía otro pensamiento, no había más nada que ellas y la abrazadora compañía del viento.
No hubo forma de detener lo que por destino se veía venir, mas las ramas obstinadas no dejarían ir a lo único que las acompañaban. Sin embargo, el suspiro era más fuerte de lo que ellas pudiesen controlar, tan seductor, tan pasivo y a la vez agresivo. Era como un susurro, que atrapaban con su suavidad y precaución a quiénes fuesen partícipes de su danza. La vida se remesó, mas nada se podía impedir, el baile continuaría.

Ya sin mayor poder, las ramas dejaron ir a sus amantes, quienes dejaron que el silencio les propinara una danza sin fin, donde la melodía se hallaba en todas partes, sin necesidad de reproducir algún aparato.
Dejándose caer, creyeron en la libertad, meciéndose de un lado a otro, mano a mano con el viento, y todo parecía estar bien.
Los minutos comenzaron a llenar el espacio entre ellas, el cansancio del aire era inevitable, y entre más el tiempo transcurría, más débil se volvía. Las hojas desconcertadas comenzaron a caer, se remecían en la nada, tratando de encontrar una forma de detener la caída que de cualquier forma sería inevitable, pues, al ya hallarse en el frío suelo, sabían que volverían a una prisión, donde la compañía no existiría, mas que el helado piso.

¿Qué somos?, ¿Por qué estamos?, ¿Por qué sufrimos? Existen tantas preguntas sin respuestas dirán algunos... Sin embargo, ¿qué mejor respuesta podemos obtener mas que en nosotros mismos? 
Usualmente, buscamos las respuestas alrededor, lo que el viento nos propina, y nos seduce, pero, nunca logramos realizar que todo está en nosotros, todo empieza por uno. 

El ambiente, las hojas en las ramas, y los bailes que puedan existir, son tan independientes, como dependientes de nosotros, como nosotros de ellos. Cada partícula partícipe en la vida, nos afecta de una forma u otra, cambia nuestra perspectiva, nos hace fuertes, como también, nos hace caer. 
Pero, es tan fácil lograr trasladar la culpa a otro, y ¿para quién no? Alivia tanto la carga del hombro, aunque no la de la conciencia. 
Dependemos tanto de la opinión del resto, de las acciones del suelo, que no logramos entender que sólo importa lo que nosotros damos por una verdad, en lo que nosotros creémos y sabemos. Tanto es así la dependencia en la que llegamos que nos aferramos ciegamente a algo que pensamos que nos brindará libertad o simplemente, lo que nos dará paz, donde al final, suele ser lo que nos ayuda a gatillar un pensamiento, una acción, una palabra que jamás pudimos haber imaginado en nuestras vidas.

¿Qué es la vida más que un simple suspiro?, ¿qué somos nosotros para el tiempo, mas que polvos de arena? Sinceramente, no somos nada.. No tenemos nada, y a la vez, lo obtenemos todo. Pero eso, ¿a quién le importa? La mente es cerrada a sus ideales, a su sociedad, donde los problemas son tan diminutos para el resto, y tan explosivos para uno. 
Hay ciertos puntos en los cuales no queda más que callar, ¿qué peor que eso? Acumular sentimientos, sensaciones, mal estar... Donde puede estallar en cualquier circunstancia, que por mas que queramos, no podremos evitar.
Así somos.. Frágiles, como las hojas de un árbol... Si el viento sopla, bailaremos con él, hasta que no exista más tiempo, y seamos olvidados en los helados senderos de la vida.

martes, 24 de julio de 2012

Reflexiones.-

De pronto dejé de respirar, ya no controlaba mis sentidos, pues aquel viento cálido, apoderó su frescura dentro de mi olfato. Me mecí en su frialdad y lejanía, por un momento dejé que me guiara lo más allá posible, donde mi mente e imaginación no veían, mas sólo mi cuerpo experimentaba aquél exótico y desconocido viaje.

Un abrumador y pesado bocado de aire dejé en libertad, entretanto mis pupilas se bañaban en un agua cristalino. Cada gota derramada era un sentimiento, una historia, un viaje más allá del mismo recuerdo. Un dolor, una sonrisa, una angustia, nervios, incluso la misma agonía de mi mente. 
Todo aquello expresado en una simple partícula de cristal, que suavemente recorría mi piel, sin emitir un sonido, sin provocar un sólo alboroto. 

Los sonidos albergaban mis acongojados oídos, melodías diversas, con índoles de magnificencia natural. Nada más se requería, mas mi cuerpo yacía ahí en la misma nada que a la vez era todo, donde la compañía no era siquiera carnal, sólo música proveniente de la naturaleza, y mis concurrentes pensamientos que abrumaban cada parte de mi carne.

Mis párpados sin poder luchar más, comenzaron ha adormecerse, sólo podía inhalar aquél aire fresco que me brindaba cierta dulzura y alivio. 
Me sentía devastada, sentía como cada rincón de mi cuerpo sufría una guerra, aun sin lucha alguna efectuada, mas mi mente desechaba las ganas y fuerzas que mi molde me brindaba día y noche.

Son tantos los sentimientos que nos acompañan durante nuestra jornada, formas de interpretar cada ritmo que nos da la vida. Un recuerdo, una palabra, observar, o simplemente respirar. Cada suceso que ocurre es esencial, hasta lo más mínimo puede atraer un sentimiento. Es por eso que cierro los ojos, ¿qué mejor forma de florecer un pensamiento, un sentir, sin tener que observar? Siempre he creído que la mejor forma de reflexionar cada estado de ánimo, independiente sea bueno o malo, es cerrar nuestros párpados, dejando la mente fluir en el espacio, donde el tiempo siga su curso, donde no influya en nuestra forma de imaginar una puerta abierta a lo deseado.

Y pues aquí me encontrarás, perdida en el horizonte infinito, probablemente jamás seré igual a la de ayer... Posiblemente mi percepción cambie a cada pasar del viento, cada vez que acaricie mis mejillas y mis rebeldes mechas, una nueva seré, tal vez brille como la luna en el cielo, o simplemente vuele con un ave al extender sus alas. Ya que no puedo reflejar de mejor forma mi dolor, ¿qué es de por sí mis dolencias emocionales, sino más que suspiros de la vida? Ah... Como el amor que yase en cada partícula de arena, millones de oportunidades, centenares de formas de manifestar un sentimiento.  

Aquí estoy yo, dejando mi cuerpo ser uno con la naturaleza, mientras que el agua cristalina limpia mi rostro del oscuro sentir, entretanto, tú te sucumbes en la multitud, perdido en las sombras, dejando que la carne se vuelva hielo, y los sentimientos se tornen teclados despedazados. 
Tu rostro ya no es el de antes, como tu mirada vacía en el tiempo, intentando frenar las manijas del reloj, cuando yo comprendí, que no importa cuán dolido esté el corazón, el mundo no se detendrá por intentar zurcir las heridas causadas en el camino.





sábado, 21 de julio de 2012

Lo siento.-

A pasos violentos caminaba, sintiendo cómo la brisa fresca acariciaba la desnudez de mi piel que no alcanzaba a cubrir el abrigo por más que lo tiráse.
No podía dejar de caminar, un tanto decidida y algo brusca ante la acción de huir desesperadamente, que no me percaté de la violencia en el cual tomaba la mano de mi acómpañante.
 Por un momento escuché un quejido, y una voz lejana que sucumbía delicadamente mis oídos.- C-caro, ¡por favor detente!- exclamó un tanto preocupado y nervioso al observar mi actitud al caminar. Giré mi mirada algo agitada y confundida, pues no percataba mi manera de actuar, nada más quería salir de ahí. Sin embargo, al escucharlo me detuve y suspiré un tanto agobiada, para luego sonreír. -Lo siento, es que sólo quería llegar rápido, es todo..- Dije con un hilo de voz.
Él me observa sin ningún miedo, mientras sentía como descueraba mi rostro con sólo mirarme. Sonrío entre dientes y confesó con dulzura -Eres hermosa, aún con tu expresiones más extrañas- Dijo mientras me tiró levemente de la mano para continuar caminando, cosa que seguí ruborizada y sin mayor resistencia.

Continué caminando, algo resignada, pero animada a la vez, observando los alrededores que ya conocía con anterioridad. Inhalaba con suavidad la brisa fresca del invierno, que aún con el frío era agradable de respirar.
Volteé mi mirada hacia Manuel entretanto caminábamos de la mano por aquellas calles que solía recorrer cada día. Reí algo nerviosa, por lo tanto él volteó igualmente su mirada, a pesar de que no podía ver sus ojos, analicé su rostro con detalle, animándome a afirmar con una voz de burla -¡Eres un loco..!- Exclamé suavemente.
Él buscando mi mirada, sostiene mi mano con más fuerza, respondiéndome algo confundido -¿Y eso? ¿Por qué?- Pronunció extrañado por mi exclamación.
Desvié mi mirada hacia el camino, observando las hojas de cada árbol que se cruzaba en nuestro camino, dejando que el viento acaricie mis mechas. Reí levemente, volteé mi mirada por un segundo hacia a él, para luego dirigirla al suelo -Cualquier persona que guste de mi está completamente loca..- enuncié tontamente.
 -Ah... Entiendo- Respondió con un tono desconcertado, -Entonces llévenme a un manicomnio- Emitió serio mientras observaba hacía adelante.
Sorprendida lo inspeccioné de pies a cabeza y pregunté algo inocente -¿Por qué a un manicomnio?-
Al escuchar mis palabras se detuvo bruscamente, me abrazó con fuerza, para que sus labios delicadamente articularan -Por que... Yo te amo-
Mi mundo giró en 360 grados, no entendía absolutamente nada de lo que él había dicho. Mi mente se sumergió en una confusión total, donde el tiempo parecía que ya no curzaba más. No tenía idea de qué decir, y aunque ya me venía venir la confesión, no la esperaba de forma tan directa y menos de esa forma.
En silencio, tomé su mano, continuando nuestro camino, con mi cabeza cabizbaja.
No existía más que el ruido de la calle y del viento pasar, él no se atrevió a pronunciar más, pues su rostro se hallaba perdida en cualquier parte, menos ahí, junto a mí.
Divicé la orilla del río, soltando su mano, corriendo hacia la banca que se hallaba cercana a unos juegos. Me senté como si hubiese encabezado una batalla, dejando mi cuerpo desparramarse en una pequeña parte de ella.
Sentí cómo él se ubicaba cerca de mí, abrazándome fuertemente, sin ninguna posibilidad de escapar de aquellos brazos que me sostenían con tanta firmeza. 
Suspiré levemente cerca de su oído, pronosticando que estaba por derrumbarme por completo, aun así me mantuve, pronunciando con suavidad -Manu.. Tú me gustas.. Pero.. Yo amo a otra persona..- 
Me sostuvo con aún más firmeza, sabía que no le agradaba que hablara de él.. Sin embargo, era inevitable.. Yo lo amaba.. No podía hacer otra cosa.. A pesar de todo lo que había pasado entre aquél ser y yo, mi mente buscaba refugio en su presencia silenciosa.

-Él te dejó, yo no. No comprendo, por qué él aún gobierna tu corazón- exclamó serio. Lo miré sorprendida, sonreí levemente y respondí, -Es por que él supo entregarme lo que ninguna persona ha hecho... Sinceridad.-

viernes, 20 de julio de 2012

Sucesos.~

Los pensamientos no se detenían, seguían circulando como agujas de reloj, no había quién los parase, ni mucho menos quién los cambiase. Permanecían ahí, intactos.. Su intensidad jamás se perdían, en ocasiones desaparecían, manteniéndose como el viento, soplando sin visibilidad, pero ahí estaban. En otros momentos, aumentaban, resultaban ser ferozmente más latentes cada segundo.

Escuchaba las voces a mi alrededor, parecían tan distantes, pero a la vez, tan abrumadoras. Aun así, sin prestarles mayor importancia, latían los pensamientos dentro de mi cabeza, sólo me quedaba observar al vacío, encontrando el consuelo en la nada.

Oí el timbre de salida, donde por causa automática, mis manos se alocaron guardando dentro de mi bolso todos mis materiales, que inútilmente llevé sin haber tomado siquiera una nota de la clase... Estaba extrañamente, anciosa y nerviosa.

Caminé hacía la puerta, con los ojos perdidos en el vacío, señalando con la mano la despedida a quienes se acercaban... Mi mente permanecía ahí, en los revoltijos de mis pensamientos, hasta que lo vi. Serio, con su chaqueta café, su chaleco gris, que parecía no bastarle para cubrirlo del frío, con una mirada tan perdida como la mía. Lo observé embobada y algo ruborizada. Traté de pasar desapercibida a su lado, pero su altura, su contextura, su piel blanca... Todo esto junto a la gran esencia que emanaba, no pude evitar detenerme para tan sólo contemplarlo. Por una milésima de segundo, giró la mirada, nuestra visión vacía se cruzó, conectándose intensamente con el otro, aún sí ninguno de los dos articulase una palabra.

Con dificultad intenté de mover mis labios para pronunciar un "hola" después de tantos meses desde nuestra separación. Sin embargo, sólo atiné a agachar mi cabeza y continuar con mi camino. Jamás me había resultado TAN difícil hablarle a alguien, y menos cuando se trataba de alguien el cuál era mi amigo, mi amante, y quién ocupaba la mayoría de mis inentendibles pensamientos. 
Sentí cómo su mirada me quemaba mientras caminaba junto a él, por una indiscriptible razón, pude sentir que él deseaba tanto como yo, pronunciar un simple saludo, que al final se volvía pequeño al momento indicado de hacerlo.

Me dirigí a las fueras del establecimiento con un aire un tanto derrotado, donde ahí estaba Manuel, sentado en la banca de aquél pequeño, pero tranquilo parque, frente a mi inaguantable escuela. 
Caminé algo desanimada, pero a la vez nerviosa, no tenía idea del por qué.. Me acerqué con un tanto de tímidez y felicidad. Él se coloca de pie rápidamente, y sin que yo pueda siquiera evadir, posa sus labios con los míos, abrazándome con fuerza, como sí no nos hubiésemos visto durante meses... Incluso años.

Obviamente, quedé algo desconcertada. Lo miré con un poco de sorpresa, pero a la vez con ternura. -H-hola Manu...- Tartamudeé con algo de dificultad, sin poder observar aquellos ojos cafés mezclados con una miel dorada brillante, que me miraban como si estuviese iluminada por algún tipo de luz divina. Sentí su respiración cerca de mi mejilla, algo sonriente, mientras colocaba sus manos en mi cintura. -Hola Caro, te extrañé, no sabes cuánto..- Pronunció levemente con dulzura, apoyándome con delicadeza contra su cuerpo.

Mis mejillas se encendieron levemente, obviamente no quise hacerlo público, por lo cual tomé su mano, observando por doquier, asegurándome que nadie haya visto tal escena, pues me recorría el temor de que llegáse a oídos a la persona quien es la causa de mis miradas extraviadas en lo más allá.

Manuel, por supuesto, me miró con cierta extrañeza, pude casi afirmar que se preguntaba qué miraba tanto, pero sólo sonrió y pronunció algo inquieto, como también alegre. -¿Y? ¿Dónde me raptarás?.- Lo miré un tanto confundida, pues no había entendido, hasta que mi mente procesó por unos segundos lo que habíamos conversado con anterioridad. Mis mejillas se encendieron pues al parecer él se dió cuenta de mi perdida de memoria, ya que sonreía maliciosamente. -Pues, a un lugar secreto...- Reí, mientras tironeaba su brazo algo brusca. Quería desesperadamente salir de ahí.

viernes, 15 de junio de 2012

Pensamientos extraños.-

Días pensando, días reflexionando sobre éste ambiente que se repite una y otra vez. ¿Es que acaso siempre será igual?
Me siento tan torpe en centenares de asuntos, en tal vez situaciones que simplemente pueden tornarse fácil para una persona decidida, o simplemente con una mente libre de la mierda que nos invade a todos cada día, sea por un simple detalle o un misil explotado de problemas. 
Me embargo sola con estos pensamientos totalmente absurdos, recuerdos que evidentemente debí haber dejado volar, pero que de alguna manera se aferran a mis extremidades sin compasión.
Quisiera pensar y dejar de llorar, no sentir esta culpa que me carcome el interior, sobre aquellos detalles que en los minutos precisos no eran valorados como tales más que simples cosas monótonas de la vida, que sin piedad ahora albergan mi mente  como un oro escondido.

Los sentimientos.. ¡QUÉ DILEMAS SON PARA MI SER! Agh, si no fuesen por estos recuerdos albergados en mi memoria, tal vez éste sentir no existiría. Lo más probable es que yo viviría en paz con mi mente y mi corazón, sin embargo la batalla constante de confusiones que el destino implantó en mi camino, conllevan a éstas emociones ridículas, a esos recuerdos pequeños que a la vez causan una controversia en todo lo que implica mi condenado ser.

AHÍ VAMOS OTRA VEZ, ¡LOS MALDITOS RECUERDOS! Ay para mí qué agonía son, estos efectos del cerebro que son ejercidos en cada ser humano. ¿Por qué debo de retener recuerdos tan dolorosos, pero a la vez tan maravillosos? Es para mí todo un debate, quisiera tanto de mi mente borrar, poder escoger qué cosas registrar y qué cosas desechar. Sin embargo, ¡AY DE MÍ! Pues de éstos martírios debo de vivir, y de éstas danzas de recuerdos debo de fastidiarme, ya son una exquisita fragancia de tortura, y es que me pregunto ¿cuándo dejarán de pisotear mi dolorida cabeza?.

¿Qué más tipos de dilemas puedo tener? MI CABEZA, MI ESTÚPIDA CABEZA, me ha hecho sufrir todos estos días, además de traerme estos angustiosos pensamientos. Agradece a dios que no poseo de una pistola en mi casa maldito cerebro, que sino hace días que hubiese implantado en mí una bala, maldito dolor. Pareciera que mis neuronas agonizan o que simplemente no quisiesen trabajar y hacen peso muerto a mi frágil cabeza.


Y ahora.. ¿Qué? Estoy aquí, pensando y recordando, martillándome con todo lo que sucede y dejó de suceder a mi alrededor.. Cosas que extraño, cosas que no entiendo. Sentimientos vagos y confusos. He oído por ahí hace mucho tiempo atrás "si estás enamorada de dos personas, escoge a la segunda, por que si estuvieses enamorada de la primera, no lo estarías de la segunda" Y es que no quisiese diferir, sin embargo, existen formas para amar de diferentes maneras, ¿no lo creen así? Recuerdos, momentos, sentimientos completamente diferentes, pues los sentimientos se basan en la memoria que posees de aquella figura fijada por nosotros. Cada recuerdo y sentimiento está separado de cada persona, y aunque no me atrevo a decir que sigo enamorada, sino más bien acongojada por los recuerdos y por los actuales sentimientos confusos que no se basan tanto de recuerdos más que de palabras leídas por los ojos, y emocionadas por el corazón.
¿Es que acaso me he vuelto loca? Tal vez sea eso, estoy loca. Fijarme idiotamente en un bosquejo de palabras y una figura por pantalla, que probablemente sea una ilusión más de mi cerebro. Pero, ¿qué puedo hacer? Más a éste ser le gusta jugar a las palabras y promesas, en sentimientos que probablemente no existan para él, y que le guste implantar en mí. ¡AY QUE TORTURA! Apareces y luego te desvaneces como si nada, no soy un juguete para manipular y rellenar tu vacío por un rato ¿lo sabías?, aunque puedo llegar a afirmar que no.

Estoy simplemente cansada de todo esto, ¿tener miedo?, ¿ser fría? Pues, claro, tantas confusiones, tantos absurdos recuerdos que rompen mi alma, me llevan al temor y frialdad. No a la maldad, más bien a la sinceridad y por sobre todo a la lealtad de mis pensamientos, odio que jueguen conmigo, o que simplemente lo vean tan común, cuando para mi corazón es tan importante las palabras que oye. Si repites las mismas frases a otras personas, ¿cuál es el punto de originalidad? Ver nada más que te gusta emplear fantasías como cuando tenías 5 años, y eso para mí, no es factible.







domingo, 3 de junio de 2012

Decir Adiós ~ Skillet (Traducción)

Las cosas están cambiando
Parece ser extraño y necesito descubrirlo
Tú tienes tu vida, yo tengo la mía
Pero, tú eres de lo único que me preocupo
Ayer estábamos riendo, hoy me quedé aquí preguntando
¿Dónde se ha ido ahora todo ese tiempo?
De alguna forma me quedé solo
Creciendo, y volviéndome más viejo
No quiero creer que esto acabó.

No digas adiós
Por que no quiero escuchar esas palabras ésta noche
Por que tal vez no es el fin de un tú y yo
Y aunque nosotros sabíamos, que el tiempo vendría para mí y para ti.
No digas nada ésta noche, si vas a decir adiós.

¿Recuerdas en Diciembre, cómo prometimos que nunca cambiaríamos?
Aún sí es que te vas, nuestros sentimientos permanecerán siempre igual.
Desearía que estuviéramos riendo, pero en vez estoy aquí preguntándome
¿Tenemos que terminar esto ahora?, ¿de alguna manera podemos hacer que dure?
Ambos sabemos lo que tenemos que decir, no hoy
Por que no me quiero ir de ésta manera.

No digas adiós
Por que no quiero escuchar esas palabras ésta noche
Por que tal vez no es el fin de un tú y yo
Y aunque nosotros sabíamos, que el tiempo vendría para mí y para ti.
No digas nada ésta noche, si vas a decir adiós.

Y si éste ha sido el final
Duele, pero te estoy entregando mi palabra
Espero que tu siempre seas, feliz como lo éramos
Feliz como lo éramos...

No digas adiós
Por que no quiero escuchar esas palabras ésta noche
Por que tal vez no es el fin de un tú y yo
Y aunque nosotros sabíamos, que el tiempo vendría para mí y para ti.
No digas nada ésta noche, si vas a decir adiós.

Ayer estábamos riendo
Si vas a decir adiós.
Hoy me quedé aquí preguntando
Si vas a decir adiós.

Y aunque nosotros sabíamos, que el tiempo vendría para mí y para ti.

No digas nada ésta noche, si vas a decir adiós.

sábado, 2 de junio de 2012

Luchando contra mi sentir.~


Buenas tardes..-
Buenas tardes señorita.-
¿Cómo estás? ¿Dónde has estado?-
Aquí, dentro de ti, ¿qué no sientes?-
Es que te he sentido tan ausente últimamente.-
¿Ausente? ¿Será cubierto por el amor ciego que te abruma?-
No lo sé.. No digas tonterías.-
¡Vamos!, Dime la verdad, no te engañes.-
¿Qué quieres oír de mí? Siento éstos pensamientos dentro de mi mente, que me acongojan, me ventilan como él lo hace cada día con solo su presencia.-
¡AH! ¿él?, ¿Pasamos a confesar a un ente que domina tu mente?-
¿Un ente? Oh, ojalá si no estuviese en mi mente y en mis constantes sentimientos. Me siento desprotegida con su energía en mi recuerdo inexistente, que yace a distancia.-
 ¿Es por eso que me has llamado con tanta urgencia? ¿Te tiene tan acongojada éste sentimiento? ¿No me vas a decir ahora que es algo nuevo para ti?.-
Para nada, debo confesar, que soy una pecadora sin más. Con el corazón abierto y sin arrepentimientos y lleno de sentimientos por entregar. Pero, pequeño, ¿qué sucede? Esto no es habitual, en mí no es algo usual. Él es de otro mundo, un misterio de Dios, o tal vez del Diablo, no sé quién es.-
¿DE QUÉ ESTÁS HABLANDO MUJER?, ¿Es que acaso tu locura te ha cegado la cordura en el amor?, estás delirando, por el amor de Dios.-
Estoy delirando sueños sin un comando que dirija esto sin sentido. Estos pensamientos que me abruman día y noche. No sé quién es, sin embargo, no puedo evitar que mi corazón se vuelva desquiciado por su esencia tan exquisita. Tantos misterios, tal vez falsedades, pero ésto que llevo me está llenando de dulzura y dolor.-
Se nota mi ausencia en tus principios, querida. ¿Es que te has salido de tus cabales? El amor es así, tan alocado, sin un capitán que dirija el rumbo, llevándote hasta el fin del mundo sin un motivo o razón. No obstante, ¿qué es eso de que no sabes quién es?-
¡Ni siquiera sé quién rayos soy! ¿Quién soy para prometerle estos sentimientos tan absurdos? Me he dejado llevar por algo que no existe, y tal vez nunca existirá, pero parece una pasión que me corroe día y noche. Es una pasión intensa hacia a él, un ente del cielo que no tiene origen, ni pasado, sólo un presente y tal vez un futuro que desconozco completamente. AH, cómo me encanta, pero como odio tenerlo tan lejos de mí, sin poder decirle todo lo que siento.-
No necesitas conocer más allá, pues si aquél desconocido te hace feliz, y mantiene tu corazón en su línea, no hay del por qué preocuparse.-
¡OH! Pero, ¿qué cosas dices? Yo jamás podré ser alguien para él, su belleza es incomparable con el número de estrellas en el universo. Ni que fuera yo la gran cosa, más que una ventisca rozando su piel, ¡si tengo la suerte de ello! Ah, cómo lo quiero... Y a la vez tengo tanto miedo.-
¿Desde cuándo que vives con miedo? Reitero que mi presencia hace falta en tí, estás cada día más débil ante esto, el corazón es libre de volar como mariposa, pero querida niña, no te poses en flor en flor.-
¿Me llamas promiscua? ¿CÓMO OSAS A DECIR ALGO ASÍ? Oh, si bien he pecado en reiteradas ocasiones, sin embargo, ¿qué quieres que haga? Mi corazón es débil ante esencias como las de él. Tan perfecto y misterioso, mientras que yo, tan tarada y desesperada. Como quisiera su felicidad junto a la mía, aunque SERÍA UNA ILUSA PENSAR EN ESO. Es un ángel, y yo una simple mortal, ¿cómo soñar con simple estupidez?-
Estupidez es lo que tú estás diciendo MUJER, estás completamente fuera de tus cabales. No debes de temer, que el amor es impredecible como la ventisca en el atardecer. No preocupes, ni exaltes querida mía, siempre habrá miedo, pero si no se intenta, no ganarás absolutamente nada.-
Oh, querido mío, vuelve a mi ser, deja de vagar por los espacios infinitos, y vuelve a darme cordura, que creo que me han robado la pizca de sentido que tenía. ¿Cómo dejar de quererlo? Su presencia alegra mis días, y por simple miedo, lo he alejado de mí, OH, qué estúpida soy, no sé cómo manejar éstas situaciones. Por favor, vuelve a mí, y acaba con mi agonía.-
Estás delirando, tú me has dejado ir por la sinceridad que he inculcado en tí. Por favor, vuelve en ti, y no digas boberías como tales, sabes bien que me has liberado, ya no puedo volver. Mas puedo darte mi compañía y consejo, pero seguirás sintiendo lo mismo.-
AH, ¿ésta agonía será eterna? No puedo creer en ello, y es que jamás sentí algo así. La tristeza embarga mi alma, lo necesito para darme calma, y su sonrisa para darle simpatía a mi corazón. Oh, querido mío, ¿no te das cuentas que aunque no te vea, no te escuche y no te sienta, sueño con tu calor las 24 hrs del día?
Me he vuelto loca por tu mera culpa, y ya no sé qué hacer, no podré entregarte lo que anhelaría hacer. OH MI TRISTE AGONÍA, cómo te quiero, y extraño amado mío, pero, ¿qué puedo hacer más que callar? Cuando sé que el amor entre los dos no es más que niebla cubriendo nuestros ojos.-

miércoles, 23 de mayo de 2012

What do I do? ~ Adaptación Al Español


Vienes y preguntas cómo he estado
Sin darte cuenta del tiempo que pasó
Te digo que estoy  muy bien
Pero, mentí para tu tranquilidad
¿De verdad tú crees, que puedo estar bien sin ti?
¿Acaso tú estás tranquilo sin mí?
El mundo sin ti es duro
Tanto que me siento culpable del sólo respirar

¿Qué puedo hacer? Incluso hoy
Vivo cada día con dolor, a causa de todas tus duras palabras
Dime por favor qué hice mal
¿Vives cada día con dolor a causa de lo que pasó, entre tú y yo?

¿Será que llegamos demasiado tarde?
¿Perdimos la oportunidad?
No puedo dejar de pensar en ti
Quería que lo supieras
¿Por qué llegamos a esto?
¿Así termináremos?
¿Todo esto está bien para ti?
No puedo aceptarlo
El amor que encontré en ti
No podré ser capaz de encontrar otra vez

¿Qué puedo hacer? Si no eres tú
Nadie será capaz de abrazar mi corazón, así que abrázame tú
Sabes bien, que no importa quien lo intente, jamás se irán
Los recuerdos contigo, así que abrázame

¿Qué puedo hacer? Incluso hoy
Vivo cada día con dolor, a causa de todas tus duras palabras
Dime por favor qué hice mal
¿Vives cada día con dolor a causa de lo que pasó, entre tú y yo?

¿Será que llegamos demasiado tarde?
¿Perdimos la oportunidad?
No puedo dejar de pensar en ti
Quería que lo supieras

martes, 22 de mayo de 2012

Starlight Tears ~ Adaptación Al Español


Las blancas estrellas, gobiernan mi dolor,
Y al soplar el viento, las lágrimas brotan.
¿Lo puedes escuchar?,
El susurro que mando,
Que por ti, emana tembloroso.

Dibujo en un papel, lo que siento
Al ver tu sonrisa, que siempre me abraza
Yo sé que esto es amor
Por que sólo estás tú, al cerrar los ojos

Esperaré por ti, siendo siempre paciente
Ocultaré mi corazón lleno de heridas.

Me haces creer, en el amor sin mentiras
Y por que eres tú, jamás te dejaré ir.

Vagando me encuentro, en los recuerdos
Mientras mi corazón, se hunde en lágrimas
¿Qué debería hacer?
Incluso en sueños no paro de extrañarte.

Esperaré por ti, siendo siempre paciente
Ocultaré mi corazón lleno de heridas.

Me haces creer, en el amor sin mentiras
Y por que eres tú, jamás te dejaré ir.

Te pido por favor, obsérvame como a una estrella
Para así, poder brillar y seas mío en mi corazón

Esperaré por ti, siendo siempre paciente
Ocultaré mi corazón lleno de heridas.

Me haces creer, en el amor sin mentiras
Y por que eres tú, jamás te dejaré ir.